- Formalización del trabajo, garantías y más equidad: elementos necesarios para quienes representan la fuerza de trabajo más calificada del país, según estudio.
- 53 de cada 100 mujeres son económicamente activas
Un reciente informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) indica que la tasa de desempleo en mujeres en países de medio y bajo ingreso es del 6,2%, frente a un 4,3% de los hombres. Asimismo, el 24,9% de las mujeres no pueden encontrar un empleo, frente a un 16,6% de los hombres.
Un factor importante que la OIT señala como explicación a la mínima participación laboral de la mujer en la fuerza laboral mundial es la crianza de los hijos.
Pese a sus grandes capacidades, la brecha sigue siendo escandalosamente amplia. ¿Por qué es tan difícil para una mujer, especialmente si es madre, entrar sin barreras al mundo laboral?
Según un estudio presentado por el Centro de Investigación de la Mujer en la Alta Dirección (CIMAD) de IPADE Business School, la mayor diferencia entre hombres y mujeres en México se muestra en el indicador Jóvenes sin estudiar, capacitarse o trabajar, donde el porcentaje para las mujeres es de 26.3%, muy alto comparado con el 9.7% de los hombres. Es decir, que la brecha asciende a 2.7 veces, en perjuicio de las mujeres.
Otro elemento diferenciador es que los hombres muestran mayor frecuencia de jornadas excesivas (31.5%) que las mujeres (19.0%). Sin embargo, respecto al tiempo libre, los hombres cuentan con 117 horas semanales, contra 109 de las mujeres.
Según cifras de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) al cuarto trimestre de 2022, en la Ciudad de México la Población Económicamente Activa (PEA), es decir, la población de 15 años y más que se encontraba trabajando o en búsqueda de un trabajo, fue de 4.9 millones de personas, cifra superior a la registrada en el cuarto trimestre de 2021 (4.7 millones). Según sexo, participan más hombres que mujeres.
Podemos decir que al finalizar el año 2022, en la Ciudad de México 53 de cada 100 mujeres eran económicamente activas. Esta cifra es mayor en el caso de los hombres, 74 de cada 100.
El ambiente laboral, otro aspecto a mejorar
Dentro de la gran dificultad laboral para la mujer, se debe mencionar el ambiente de trabajo, que ha sido objeto de discusión y muchas mejoras, a raíz de las microagresiones que deben enfrentar las trabajadoras, un fenómeno que afecta su crecimiento profesional.
Hablamos aquí de una subestimación excesiva de sus capacidades por parte de compañeros o jefes, donde se cuestiona su criterio, se duda de su experiencia, se roban sus créditos y se hacen comentarios sobre su apariencia, sin mencionar el acoso laboral y demás conductas reprochables.
«Es una problemática que no se puede solucionar solo con abrir más plazas de trabajo», afirma Jasmina Freire, Employe Experience en Factorial. «Las áreas de recursos humanos entran a jugar un papel importante en la transformación de la cultura organizacional de las empresas, pues además de velar por los derechos que tiene todo empleado en una empresa —horas extra, licencias, vacaciones—, también participan como agentes de cambio en conductas negativas enraizadas en la cultura nacional».
Posibles soluciones para la equidad laboral
«Existen mecanismos fundamentales como la flexibilidad horaria para quienes deben hacerse cargo de sus hogares, una labor invaluable que no se puede volver sobrecarga» indica Jasmina Freire, Employe Experience en Factorial. «Al igual que métodos para eliminar la violencia y el acoso en el lugar de trabajo, así como aumentar los tiempos de las licencias de maternidad y paternidad, para equilibrar las responsabilidades».
Que sea mayo un momento idóneo para llamar la atención sobre la urgencia de dar a la mujer, especialmente a las madres trabajadoras, el espacio que se merecen. No tiene sentido que sigan luchando por demostrar lo que ya debería ser evidente: el gran valor que sus capacidades aportan al desarrollo de la comunidad.
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