- El escritor J. M. Servín habló sobre la película de Henri-Georges Clouzot, un híbrido de relato negro, policiaco y de terror
Como un híbrido interesante de relato negro, policiaco y de terror, describió el escritor mexicano J. M. Servín el filme Las diabólicas (Les diaboliques, 1955), del director Henri-Georges Clouzot, que fue proyectado en la Sala 4 de la Cineteca Nacional, y que marcó el inicio del ciclo Charlas sobre cine francés, organizado en colaboración con el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), a través de la Coordinación Nacional de Literatura.
Esta película es la más aclamada del director francés, basada en la célebre novela Celle qui n'était plus, de Pierre Boileau y Thomas Narcejac. En sus protagónicos presenta a Michel Delassalle (Paul Meurisse), un violento y mal encarado director de un internado que golpea a su esposa, Christina Delassalle (Véra Clouzot), y a su amante, Nicole Horner (Simone Signoret).
Cansadas de esta situación, ambas mujeres se unirán para perpetrar un plan que tiene como propósito asesinar al hombre, pero, tras ejecutarlo, los remordimientos y situaciones no calculadas se presentan.
J. M. Servín comentó que en Las diabólicas se pueden ver pasiones y emociones turbulentas, así como retruécanos unidos por la codicia. “La trama se sustenta en los escenarios, en la idea de desentrañar un crimen, y donde sucede algo que obedece al terror psicológico, fantasmas y apariciones”, explicó.
El editor y narrador galardonado con el premio de Periodismo Cultural Fernando Benítez 2004 en la categoría de Reportaje Escrito expuso que el filme de Clouzot no es un merothriller policiaco convencional, sino que presenta giros inesperados que introducen al espectador a un mundo sobrenatural y de suspenso. “El cineasta junto con el espectador construyen un miedo que surge de suposiciones”, apuntó.
Con este filme, dijo, Henri-Georges Clouzot se manifiesta como un maestro del estilo cinematográfico y de una narrativa donde hay elementos importantes: el realismo poético, porque retrata a la clase trabajadora de forma desparpajada y cínica, así como el relato negro (noir) y policiaco.
“Clouzot es un maestro del ritmo narrativo, sabe manejar las emociones del espectador a través de un dinamismo. Esta película es infatigable, no nos da respiro y hace cómplice al espectador, está llena de retruécanos, aun en el mismo final”, explicó.
En la charla que sostuvo con Raúl Miranda, subdirector de Documentación y Catalogación de la Cineteca Nacional, J. M. Servín comentó las diferencias entre el cine negro y el policiaco.
En términos generales, señaló que en el cine negro son muy importantes los escenarios, atmósferas y estados de ánimo. “Se presenta la codicia y la idea de conseguir algo por un medio ilícito o la transgresión de la ley, los personajes son de bajos instintos y sin escrúpulos, lo que los puede llevar a cometer un delito. No siempre hay una investigación y un culpable; mientras que en el cine policiaco se presenta un detective que invariablemente resolverá el misterio, mismo que se plantea desde el principio”.
En su opinión, Las diabólicas es de lo mejor del cine negro y agregó que el filme presenta elementos que pueden ser transgresores el día de hoy, como el amasiato consensuado con la esposa, donde el móvil no es el dinero, sino que la esposa y la amante se quieren deshacer de un hombre cruel, violento y tacaño.
Expuso que se ve la contraparte perfecta de la criminología, el íncubo y el súcubo, el sonsacador y el sonsacado, esto personificado por la amante y la esposa, en quienes se presentan también las etiquetas según el color del cabello.
El ciclo Charlas sobre cine francés consta de cinco sesiones, la próxima será el 8 de agosto con la proyección La bella y la bestia (La belle et la bête, 1946) de Jean Cocteau, con los comentarios de la escritora Ana Clavel, a las 18:00 horas. Entrada libre con cortesía solicitada en la taquilla 5.
0 Comments:
Publicar un comentario