- En torno a la conservación y restauración del patrimonio artístico nacional
- El volumen fue presentado el lunes 27 de abril en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes
El libro Cencropam. 50 años de conservación y registro del patrimonio artístico mueble: inicios, retos y desafíos es el punto de partida de futuras investigaciones en torno a la conservación y restauración del patrimonio artístico de los mexicanos, pues este “es nuestro ADN como nación”.
En lo anterior coincidieron la directora del Centro Nacional de Conservación y Registro del Patrimonio Artístico Mueble (Cencropam) del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), Gabriela Gil Verenzuela, y los investigadores Hugo Arciniega, Valerie Magar y Leticia López Orozco, quienes la noche del lunes 27 de abril presentaron el volumen en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.
López Orozco, especialista en muralismo mexicano, historiadora del arte y académica, señaló que este libro es el primer esfuerzo de muchos que deberán seguir y el inicio de futuras investigaciones a partir de los archivos del Cencropam.
“El acervo patrimonial es nuestro código de barras. Las medidas y planes nacionales, estatales y municipales en torno al patrimonio deberían estar siempre directamente conectados con la política general del Estado, por lo que, dependiendo de la valoración, conciencia e interés que las autoridades tengan de él, serán las estrategias y programas que puedan implementarse para garantizar su registro, conservación y difusión”, agregó.
Refirió que los factores humanos que atentan contra el patrimonio son las guerras, los siniestros, el tráfico ilícito de obras de arte, el vandalismo, el descuido, el desinterés, la ignorancia y la negligencia, a los cuales habría que sumar los factores naturales, como terremotos, inundaciones y tornados.
La investigadora recordó que, desde el siglo XIX, se han realizado esfuerzos por reglamentar la conservación del patrimonio artístico, hasta llegar al 8 de diciembre de 1975, cuando el reglamento decretado por Luis Echeverría Álvarez sustituyó al de Abelardo Rodríguez de 1934 sobre la conservación y defensa del patrimonio.
En ese mismo periodo, en mayo de 1972, se decretó la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, que nos rige hasta hoy y cuyas responsabilidades recaen en el INBA y en el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Para López Orozco, los ayudantes de los muralistas pueden ser considerados como los primeros restauradores de la pintura mural, tema en el cual ella se especializa desde hace tres décadas.
“El Cencropam inició operaciones con un equipamiento, estructura y personal especializado del más alto nivel, por lo que podría competir con cualquier otro centro similar de otras partes del mundo”, aseveró la investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), luego de apuntar que las primeras obras restauradas por la instancia dependiente del INBA fueron de Diego Rivera y José Clemente Orozco.
Durante su intervención, el arqueólogo e investigador de la UNAM Hugo Arciniega celebró que finalmente se haya escrito, por primera vez, la historia del Cencropam. “Lo mejor de todo es que se hizo mediante una exhaustiva investigación al interior de los propios archivos de este centro del INBA”, dijo.
Entre otros temas interesantes, en el volumen aparecen las listas de los primeros profesores y los planes de estudio puestos en práctica en la que fuera la primera escuela técnica de restauración que existió en América Latina, y que dependía del Cencropam.
Además, el ganador del Premio Francisco de la Maza 2003 destacó que en el volumen se incluye “una espléndida colección de fotografías” que puede leerse paralelamente a cada uno de los textos del libro. “No solamente se puede apreciar lo que se hacía dentro de los laboratorios de restauración, sino también las visitas que hicieron los artistas, historiadores de arte y funcionarios en diferentes momentos del siglo XX”.
Recordó finalmente que el INBA posee una colección de más de 64 mil obras artísticas, por lo cual es importante considerar al patrimonio “como algo vivo y en evolución constante, en continua construcción y reelaboración”.
Valerie Magar, investigadora del INAH, dijo por su parte que el volumen ayudará a difundir en gran medida la conservación “desde la óptica del Cencropam.
“Aunado a todo ello es trascendente comunicarle a la gente por qué es importante invertir en la conservación y restauración del patrimonio artístico. Para los artistas y los historiadores de arte esto es obvio, pero se necesita comunicarle al público que se mueve fuera de estos ámbitos cuál es su importancia y utilidad, como lo hace este libro”, finalizó.
En Cencropam. 50 años de conservación y registro del patrimonio artístico mueble: inicios, retos y desafíos se incluyen la historia de la restauración desde el antiguo Imperio Romano y la labor del Cencropam durante medio siglo, así como ocho ensayos escritos por especialistas en el tema sobre la necesidad de conservar el patrimonio artístico de forma permanente, el quehacer de los restauradores como testigos y protagonistas de numerosos proyectos, y las actuales formas de catalogar.
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