- El crítico español dejó asentado en su artículo publicado en El periódico de Artes Escénicas, su experiencia tras haber observado el montaje este fin de semana
- La alta calidad de la propuesta y el servicio que otorga a espectadores y comunidad teatral le da sentido a las compañías nacionales, afirma el especialista
- La obra, especialmente crítica con el poder, implica cuatro horas de gran teatro, asevera

Gil Zamora (Barcelona 1950), quien ejerce la crítica teatral desde 1982 en distintos medios de comunicación en el País Vasco y dirige la revista ARTEZ de la Artes Escénicas, director también de obras escritas por dramaturgos como Henrich von Kleist, Darío Fo, Oswaldo Dragún, Patxi Larráinzar e Ignacio Amestoy, entre muchos otros, hizo referencia a esta obra emblemática de la dramaturgia universal, después de un ejercicio comparativo con la situación que priva en su país, de la siguiente forma.
“Pero escribo esta homilía lunera desde Durango, en México, en plena celebración de la Muestra Nacional de Teatro en su trigésima cuarta edición, y después de ver un espléndido montaje de la Compañía Nacional de Teatro, una versión actualizada, con una dramaturgia realmente excepcional del Círculo de tiza caucasiano de Bertold Brecht, con dirección escénica del titular de la misma, Luis de Tavira. La primera impresión tras sus cuatro horas de derroche de teatralidad, puesta en escena, actuación y rigor en todos los planteamientos estéticos, políticos, técnicos y artísticos, es de que estábamos ante un hito, ante un montaje de esta Compañía que puede ser legendario por la calidad de todos los componentes utilizados.”
La puesta en escena presentada en esta emisión de la Muestra Nacional de Teatro, que se mueve en el horizonte de otro realismo, orientado a exponer por virtud de la síntesis poética de una parábola, las constantes sociales de un sistema y el profundo dilema ético que atañe a la responsabilidad frente al sufrimiento humano, parte de una versión en castellano de Eduardo Weiss y del director de escena. Música original y canciones de Rafael Fuentes Orduña “El Gato”, escenografía e iluminación de Philippe Amand, dramaturgia corporal de Citlali Huezo, vestuario de Jerildy Bosch, diseño de máscaras de José Pineda, dirección musical y arreglos de Alberto Rosas.
Egresado de la Escola D’Art Dramatic Adriá Gual, donde estudió interpretación y dirección, además de cursar la diplomatura en ciencias dramáticas en el Instituto del Teatro de Barcelona, aparte de dramaturgia y guión cinematográfico en la Escola d’ Estudis Artisticas de L’Hospitalete de Llobregat, Calos Gil Zamora ponderó así su experiencia.
“Pero la reflexión posterior, es que al ver este tipo de montajes, de estos trabajos de esta alta calidad, es que sí tiene sentido la existencia de las compañías nacionales, siempre que estén a este nivel artístico, organizativo y de servicio general a los públicos y al resto de la comunidad teatral, en este caso la mexicana. Deben formar parte del mismo ecosistema cultural y teatral, no formar islotes aislados. Y desde luego son instrumentos caros, en muchas ocasiones un simple símbolo externo del poder como podría entenderse con una mirada menos condescendiente. Los países que logran un equilibrio entre lo público, absolutamente reconocido y bien reglamentado y lo privado, suficientemente amparado, ayudado y promocionado, son los que logran mejores niveles artísticos y de asistencia de públicos. Porque una cosa va unida con la otra.”
Rosenda Monteros, Marta Aura, Luisa Huertas, Erika de la Llave, Marco Antonio García, Mariana Giménez, Diego Jáuregui, Tony Marcín, Laura Padilla, Roberto Soto, Enrique Arreola, Eduardo Candás, Mariana Gajá, Gabriela Núñez, Héctor Holten, Blanca Loaria, Rodrigo Vázquez, Andrés Weiss, Misha Arias de la Cantolla, Paulina Treviño, el actor invitado Adrián Aguirre y los músicos invitados Edwin Tovar, Paul Conrad, Juan Carlos Pacheco y RAM, participaron en las funciones ofrecidas este viernes 15 y el sábado 16 en el Teatro Víctor de la Ciudad de Durango.
Actor en un amplio número de montajes, autor, productor de espectáculos y coordinador de diversas ediciones teatrales, el especialista, abunda en su publicaciónhttp://www.artezblai.com/artezblai/tiene-sentido.html
“En este caso al que me refiero se pudo ver en un teatro de un estado mexicano periférico, una obra monumental, con más de veinte actores y músicos en escena, con un montaje complejo, hecho con las mismas condiciones que en su sede capitalina. Y la obra no es complaciente, es crítica, explícitamente crítica con el poder, con las guerras, se ha llevado la anécdota de la obra al México actual, se entiende perfectamente y se disfruta de cuatro horas, cuatro, de Gran Teatro. Así sí se puede apostar por estas instituciones que deben ser locomotoras, que deben ser realmente estatales, y no tan localistas y garbanceras como algunas de las que existen en el estado español.”
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