- Es un reconocimiento a un utopista, artista público y creador responsable, pilar de la arquitectura moderna en México: María Cristina García Cepeda
“La arquitectura no puede seguir siendo una profesión para ricos. En el momento en que se convierta en patrimonio de todos, podremos decir que la hemos revivido y que está cumpliendo por fin con su función,” declaró el arquitecto Fernando González Gortázar en el Museo de Arte Moderno (MAM) al recibir la Medalla Bellas Artes, máximo galardón que otorga el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
María Cristina García Cepeda, directora general del INBA, resaltó que la medalla es un reconocimiento a la creación, las aportaciones y la sabiduría de un hombre dedicado a la arquitectura: “A un utopista, artista público y creador responsable, como lo llamó Carlos Monsiváis. Pilar de la arquitectura moderna en México.
“Fernando González es una leyenda viva de nuestra tradición arquitectónica, un creador con gran talento y sensibilidad. Ha ejercido su profesión pensando en el bien común y en la revaloración de la arquitectura como un espacio para vivir, convivir, al cual pertenecer y gozar”.
Fernando González Gortázar estuvo acompañado en la mesa por el arquitecto Juan Palomar y las escritoras Adriana Malvido y Cristina Pacheco. Con esta última coincidió en que la belleza se ha convertido en un artículo de primera necesidad, como el pan y las tortillas, sin la cual no se puede vivir de buena manera, pues la arquitectura condiciona para bien o para mal la calidad de vida de millones de personas.
“La Medalla Bella Artes que se le otorga a Fernando González, subrayó la también periodista, es un acto de justicia, y por lo tanto se convierte en una especie de sol que ilumina estos tiempos sombríos”.
En su turno, Adriana Malvido habló de las aportaciones que González Gortázar ha realizado a través de su obra y su pensamiento: “Él ha sido una voz tan crítica como lúcida contra las políticas y los intereses que día a día evitan que entre el ciudadano y la ciudad exista un vínculo basado en el placer, el amor y un sentido de pertenencia mutua.
“Ha sido una voz a favor de los valores colectivos y contra la destrucción del patrimonio cultural y natural, porque para él, preservar es una manera de crear. Con la Medalla de Bellas Artes se premia a un creador en cuya obra podemos vislumbrar lo que podemos ser y reconocernos en lo mejor que somos”.
Durante su participación, Juan Palomar recordó las diferentes obras arquitectónicas del homenajeado: “Las ciudades mexicanas y las de otras partes tiene mucho que agradecer al geómetra no simplemente por las huellas que ha dejado, sino por la irradiación artística e intelectual que ha ido generando.
“Su geometría, su composición multiforme y generosa se circunscriben hoy en quien, con plena justicia, es homenajeado. Alguien, quien se ha convertido en uno de los más altos maestros de la arquitectura contemporánea de nuestro país; cuya trayectoria, recia y de una rarísima lucidez, ha sido ejemplar para tantos. Fernando González demuestra cómo se puede ser un artista solidario de muchas causas, pero comprometido consigo mismo.”
Finalmente, Fernando González Gortázar agradeció el reconocimiento y festejo en el MAM, donde actualmente se exhibe una retrospectiva de su trabajo arquitectónico, escultórico y urbanístico:Resumen de fuego.
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