- La arquitecta María Bustamante habló del rescate del patrimonio urbano
- Se refirió a los trabajos de restauración del edificio de El Palacio de Hierro
- “Solo el uno por ciento de edificios en la capital es patrimonio arquitectónico”
En un acto inusitado, la Sala Adamo Boari del Palacio de Bellas Artes resultó insuficiente para albergar al gran número de personas que se dio cita para asistir a la conferencia Por una cultura urbano-arquitectónica. La obra de restauración de El Palacio de Hierro, Centro Histórico, que dictó la arquitecta María Bustamante, invitada por el Instituto Nacional de Bellas Artes.
Desde temprana hora, decenas de personas, principalmente jóvenes estudiantes, se arremolinaron a la entrada de la Sala Adamo Boari para ingresar al recinto. Poco antes de concluir la conferencia, varias decenas esperaban aún la posibilidad de escuchar la plática.
La conferencia, organizada por el INBA a través de la Dirección de Arquitectura en el marco de los festejos por el 80 Aniversario del Palacio de Bellas Artes, giró en torno a la intervención del edificio de la tienda departamental El Palacio de Hierro-Centro Histórico y a la importancia de realizar acciones en favor del entorno urbano y la defensa del patrimonio.
La arquitecta María Bustamante Harfush, quien es cronista de la delegación Miguel Hidalgo y presidenta de la Fundación FUNDARQMX, se refirió a los trabajos de restauración del edificio comercial que realizó con el Taller de Arquitectura + Urbanismo, la única obra privada de su tipo para celebrar las fiestas del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicanas y que fue calificada como la mejor en 2013.
Recordó que un primer edificio se levantó en 1888 en las calles 20 de noviembre y 5 de febrero, pero poco después lo consumió un incendio. El arquitecto francés Paul Dubois edificó el segundo inmueble en 1921 inspirado en La Samaritana, uno de los almacenes más famosos de Francia.
Destacó que desde hacía setenta años no se le hacían trabajos de conservación, por lo que el proyecto incluyó, durante siete meses y la participación de 150 personas, la restauración de marquesinas, fachadas, vitrales, cúpulas y otros.
“El rescate del edificio fue histórico, porque se trata de un inmueble histórico”, aseguró la arquitecta María Bustamante. “Es un recinto icónico de la Ciudad de México y no hay otro igual. Significó volver a la vida un recinto que tiene mucha identidad para nuestro país. Por ejemplo, sus cúpulas son únicas y solo hay una parecida en una pequeña iglesia de La Villa”.
Comentó que no se difundió mucho este trabajo porque se tenía por contrato no hacerlo durante los primeros dos años, “pero ahora lo celebramos porque es algo muy significativo para nuestra ciudad”.
Consideró que rescatar el patrimonio arquitectónico de la ciudad es importante porque “es nuestra identidad, nuestra historia. Como decía Octavio Paz: ‘es el paso de la historia congelada en el tiempo’. Y es realmente con lo que nos distinguimos, algo que nos da identidad”.
Asimismo, advirtió: “Tenemos un gran tesoro arquitectónico que no hay en otro país del mundo, pero a veces no terminamos de asimilarlo. Es importante saber que a veces parece que tenemos mucho patrimonio, pero no es así, solo tenemos cerca del uno por ciento del total de edificaciones en la ciudad; entonces, se trata de piezas únicas, y cada vez que se demuele un inmueble catalogado, estamos perdiendo mucho de nuestra historia. Por eso es importante rescatarlo, conservarlo y también difundirlo”.
En ese sentido, expresó que esa es la tarea que realiza con la Fundación Fomento Universal para la Difusión Arquitectónica de México (FUNDARQMX) a través de exposiciones, conferencias, simposios, coloquios, vistas guiadas y recorridos históricos por las 16 delegaciones políticas.
Al final, externó una doble satisfacción: el honor de estar en el Palacio de Bellas Artes, “por su valor histórico y su gran significado en la cultura del país”, y por la numerosa asistencia de jóvenes procedentes, inclusive, de otras entidades de la República.
“Eso demuestra el mucho interés que tienen los jóvenes por conocer y preservar su patrimonio arquitectónico, por conocer más su historia, eso es fundamental porque no solo los arquitectos construimos la ciudad sino que la construimos todos los que la habitamos”.
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