- Se trata de familias donde los roles se borraron: todos hacen las labores sin distinción
- Incluye a la parte lúdica, las actividades escolares y las obligaciones en casa.
- La constante es el refuerzo de autocuidado y el autoconcepto
- Este escenario se veía reflejado en algunos entornos escolares, antes de la pandemia: todos participan por igual en actividades académicas, deportivas y lúdicas
- El resultado es tener a niñas seguras de sí mismas, capaces de sacar provecho a todas sus potencialidades y muy alertas al peligro y a posibles escenarios de discriminación
- En esas familias, tanto las niñas y los niños, tienen grabada la palabra incluyente
Hace un poco más de 20 años era común ver una clara separación entre niñas y niños en los patios escolares. Era muy poco frecuente que jugaran juntos y que estuvieran incluidos todos en las fiestas de cumpleaños. Mucho más raro era que un niño visitará la casa de una niña para pasar una tarde de juegos. Hasta antes de la llegada de la pandemia, en muchos colegios y hogares mexicanos estas barreras prácticamente habían desaparecido; es decir, niñas y niños realizaban las mismas actividades, por ejemplo, lúdicas y deportivas, mientras que la convivencia era a la par tanto dentro, como fuera de sus escuelas.
- Sus padres son totalmente incluyentes. Nunca se cuestionan el género ni los roles. Ven a sus hijas como personas completas e integrarles y les brindan recursos afectivos para que tengan éxito en las actividades que emprendan, sin importan a lo que se vayan a dedicar y cuál sean sus preferencias o pasatiempos.
- Si perciben algún tipo de discriminación hacia sus hijas suelen reaccionar con mucha determinación y coraje. No vislumbran un mundo con diferencias entre unos y otras.
- Claro que enseñan a sus hijas a cuidarse de situaciones de peligro o posibles escenarios de abuso sexual, al igual que lo hacen con los varones.
- Estas niñas gozan de ensuciarse en el lodo y en la tierra cuando van al parque, porque sus padres saben que esa es una parte fundamental de la infancia.
- Refuerzan su autocuidado y su autoconcepto sin hacer una diferencias entre ellas y ellos.
- Están conscientes de los riesgos de inseguridad que existen en México, que igualmente aplica para niñas y niños; sin embargo, no por eso les inculcan una visión temerosa de la vida. Al contrario, son padres realistas pero con una visión positiva en todos los sentidos.
- En las casa, los roles y actividades se reparte sin importar el género: cocinar, lavar ropa, hacer el quehacer; mamá y papá son el primer ejemplo de ello.
- No hay juegos de niños y de niñas. Todos están incluidos, si quieren participar, todos están invitados.
- Las niñas siempre son escuchadas. Desde que nacieron tienen voz y voto, aunque siempre hay respeto y disciplina tanto con sus padres como con sus hermanos y viceversa.
- Son familias que funcionan armónicamente con relación a los afectos, los valores, las responsabilidades, las expectativas, y en el cumplimiento de sus obligaciones. En estos hogares la comunicación fluye de forma constante y natural.
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