
Como toda población minera, la irregular topografía natural propició el forjamiento de un conglomerado pero encantador conjunto de viviendas que con el transcurrir dieron forma e importancia al real, surgiendo estupendos edificios religiosos como la parroquia de San Matías, el templo de Tlaxcalita, el de San
Francisco y el de la Santa Veracruz.
Así como el convento de San Francisco y otros importantes edificios, las encantadoras plazas y sus museos de Arte Sacro y Regional. Juntamente con estos monumentos, Pinos cuenta con singulares tradiciones, como su feria regional de San Matías y la Fiesta de los Faroles, que se celebra el 8 de diciembre.
Así también, sus sólidas raíces afloran en su folklore artesanal, musical y gastronómico, realizando magníficos textiles, coloquios populares, danzas de Matlachines y de Pluma y una moderada destilación de exquisitos mezcales. Por lo anterior y por más, en octubre del 2012 fue reconocido y declarado “Pueblo Mágico”, siendo con ello, el cuarto de la lista de localidades de Zacatecas con esta distinción.
No obstante también, ya desde el año 2010, conjuntamente con una docena de puntos del estado, Pinos había sido declarado Patrimonio de la Humanidad, en su respectiva fracción del histórico y prolongado Camino Real de Tierra Adentro.
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